sábado, 1 de agosto de 2009

Los verdaderos filósofos

Este Búho se encontró con sus amigos, 'Los filósofos de la calle'. Esos émulos de Nietzsche, Althusser, Platón y Schopenhauer, que disertan en las mesas de los salsódromos y discotecas de La Marina. Los abogados del Callao, Pancho, Freddy, Chapita, el Procurador y Chilett, estaban indignados. "Búho, desde hace años, consignas nuestras teorías y conceptos sobre el juego del amor y sus innumerables trampas. Tú nos bautizaste como 'Los filósofos de la calle' y quienes nos conocen saben que no somos pura teoría, sino que nuestra filosofía es fruto de una intensa práctica, que es el único criterio de verdad. Pese a tener un gran kilometraje en mujeres de todo tipo, no tenemos hijos por allí regados, pero sí parejas constituidas. Una mujer firme, de su casa, porque las canallas son para la calle y los días de semana. Por eso nos indigna que, en un programa, se presente a unos tipos como 'Los filósofos de la calle'. Uno es un gay angurriento, que anda limpiándoles las botas a Gisela. ¿Puede un tipo así, franelero y sobón, dar cátedra de comportamiento en los vericuetos del amor y sus distintas variantes como la traición y el juego sucio? No creo, pues 'no se ama a los sumisos, simplemente se les quiere', aclaró Pancho. El Procurador también dio su punto de vista.
"Además, como los filósofos clásicos, nosotros brindamos el consejo desinteresado, para instruir a nuestros discípulos, para que no terminen como 'Melcochita'. Un viejo que ha viajado por el mundo. Que ha recibido los aplausos y la admiración del público y ha gozado con los sabores de las mujeres más hermosas, no puede acabar sus días con una mujer que le quita toda su plata y todavía grita en público que tiene 'pico de loro' y agradece a su nueva chibola 'de librarme de ese viejo', 'dentro de poco terminarás cambiándoles pañales a tu hija y a él'. Una mujer no puede hablar así de un hombre que la mantuvo diez años como dice, no solo a ella sino también a sus hijas y sus maridos. Eso demuestra que 'Melcocha' nunca se tuvo amor propio y compró el cariño de esa mujer dándole plata y aceptando ser el cajero automático. Una fémina que condiciona una relación a la cantidad de dinero que le da un marido, no quiere para nada a ese hombre, solo a su plata. 'Melcocha' lo entendió muy tarde, pero en vez de retirarse a sus cuarteles de invierno y quedarse solo con el cariño de sus verdaderos hijos, reincide con una chibola, a la que nuevamente -asegura- le pondrá casa y dinero para mantenerla a ella y su hijita. Es increíble que se meta a otra aventura porque no tiene seguro, jubilación ni nada. Ni siquiera casa". Los filósofos son toda una institución. Sus comentarios son polémicos, pero debemos tomarlos en cuenta.

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