El Chato Matta llegó al restaurante por un chilcanito con cabeza de bonito y su chicharrón de calamar. "María, el Chino del Callao anda embalado y plan calidad. 'Chato -me dijo-, todos los días no puedo comer pan con pollo, así que ya abrí a una flaca que me salió con el tango que no le venía su 'ruler' y la borré de mi agenda. Ahora acabo de estrenar un par de trampitas, carne fresca para los lobos. Al toque timbré a Pancholón y le dije: 'Maestro, usted me ha enseñado muchas cosas de la vida, ahora déjeme retribuirle con un bocadito'. Llegó y le presenté a la coloradita Jenny. Estaba más rica que una gaseosa heladita después de una resaca. Chato, no te miento, disparé mismo D'Jango para que, en nuestra mesa, nunca faltara trago ni comida. Pero Pancholón estaba callado y triste. Miraba al vacío. No aguanté más. 'Pancholón, ¿qué te pasa? ¿Te han hecho brujería o qué? Las chibolas se van a ir, si quieres cambiamos de pareja', le dije. En ese momento escuché una frase que me dejó helado. 'Hijo, ya estoy cansado de tantas noches y amanecidas, Micky tenía mi edad y ya partió a la eternidad. Además el loco Ricky dice que la carne es pecado y la lujuria es condenada por el Señor'.
¿Quéeeeeee?, la verdad, no podía creerlo. 'Chino, tú eres mi hijo. Sé que soy tu ejemplo en la tramposería. Tú soñabas ser como yo, tener muchas mujeres, carro del año, fiestas, rumbas y ser partidor, pero de eso no sacarás nada bueno, solo enfermarte de la próstata y quedarte solo. Las trampas no aman a nadie, solo el billete, la juerga y la buena vida. Un tiempo me pegué con July, una chibola que, pensé, era solo mía, pero me sacó la vuelta con un viejo empresario que le puso departamento y carro (coche) . Yo apenas le compraba su sanguchón de tres lucas en La Marina y su Inca Kola. Me sentía 'El gran conquistador', pero me equivoqué y perdí a mi esposa, una señora de casa que nunca imaginó las cochinadas que hacía en la calle. En eso, Pancholón sacó una Biblia y me dijo: 'Mateo, versículo tal, dice: Expulsa al demonio de tu alma'. 'Chino, caí en la mala vida, me burlé de muchas mujeres y ahora me siento solo, tengo billete pero no soy feliz. No sigas mi ejemplo, busca una señorita de su casa, profesional, que te dé amor y tranquilidad'. La verdad, pensé que estaba hablando con el Padre Martín, pero comprendí una frase de un viejo filósofo de la calle. 'El varón puede tener mil trampas en la calle, pero lo primero, es un buen hogar'. Creo que Pancholón está traumado. La vez pasada lo sacaron en camilla de 'La Posada' con taquicardia después que quiso hacer el salto del tigre. Ahora dice que tiene un testículo más grande que el otro y se muere de miedo ir al urólogo". Pucha, pobre Pancholón. Me voy, cuídense.
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