he decidio incluir una nota de la Señora María sobre una de las mujeres mas siniestras de este mundo: la trampa...No tiene amor al chancho sino a los chicharrones ($$$)
Mi amigo taxista, el Chato Matta, llegó al restaurante por un espectacular plato de tallarines verdes con su bistec encima y una taza de manzanilla bien calientita para bajar la grasa. "María, tú sabes que estos días de Fiestas me caen muy bien, porque la gente está con billete y yo puedo sacar mi 'grati'. Felizmente, mi carro está 'paradito', así que me dediqué a chambear parejo. Además, el Chino del Callao está de luna de miel con su señorita enamorada en Huánuco y Pancholón, como se ganó 5 mil dólares por sacar un narco de la cárcel, aprovechó para irse con una rubia que conoció en un casino, a Santa Marta, a disfrutar del sol caribeño. Te cuento que el otro día estaba taxeando como a la una de la mañana y me paró una blancona bien simpática. Parecía vedette y tendría unos 25 años. Salía de una fiesta, me pidió que la lleve a Plaza San Miguel y se subió adelante, al lado mío. Me hizo un 'queco' y tú sabes que este pechito no se resiste a las tentaciones. Le conté que en mi carro había hecho malabares y ella, con su carita de chibola traviesa, se me regaló como 'canchita en cebichería'.
Al toque compré una botellita de pisco acholado y enrumbé a 'La Posada', el hostal de los infieles. Después de unos tragos ya la estaba besando con desenfrenada pasión, como si fuera mi enamorada desde hace tiempo. La chiquilla era como un torbellino. Me dijo que nunca había estado con un hombre que la hiciera sentir plenamente mujer. Yo solo me reía, porque, obviamente, no le creía nada. Cerca del amanecer le dije que ya era hora de irnos y le pregunté dónde vivía para dejarla. 'No, Chatito', me respondió, 'déjame donde me recogiste. Ahí debe estar todavía el tarado de mi esposo, drogándose como loco. Él es dueño de una pollería y dos hostales en San Martín de Porres. Y la verdad es que estoy a su lado porque me da todo lo que le pido. No me falta nada, pero nunca tenemos sexo, porque la maldita cocaína lo tiene enfermo y no funciona ni con Viagra. ¿Tú quisieras ser mi enamorado? Necesito un hombre de verdad a mi lado, si quieres nos podemos encontrar aquí una vez por semana'". Le dije que sí, pero solo para salir del paso. Vi algo siniestro en su mirada que no me gustó. La dejé en La Marina y pensé 'adiós, para siempre'". Pucha, ese Chato también es un mujeriego con esa carita que no mata ni una mosca. Me voy, cuídense.
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